jueves, 3 de julio de 2008

Aguas con el hambre...de justicia 03072008

Aguas con el hambre…de justicia.
Juan Carlos S. Velásquez Mejía

En la edición del día 02 de julio de su periódico IMPULSO Estado de México, en la portada, apareció una fotografía que es muy elocuente y que ilustra una escena de los hechos acontecidos durante la gira de trabajo por el municipio de Villa de Allende, que realizaron el Presidente Felipe Calderón Hinojosa y el Gobernador Enrique Peña Nieto.

La fotografía de nuestro camarógrafo captó el momento en que tres mujeres indígenas de la región, al menos eso se supone por su vestimenta, y un hombre se lanzan contra un policía, lo jalonean en una muestra de hacerse justicia contra quien abusa de su poder por el solo hecho de ir uniformado y representando a la ley. Además en la escena se ve a otro oficial del orden que no interviene en el zafarrancho.

En lo personal esta imagen me ilustra lo que está sucediendo en muchos lugares de nuestra patria: la falta de respeto de la autoridad a si misma y a la población que tiene hambre…de justicia.

Me explico, la apreciación como siempre no pretende generalizar, pero lamentablemente es una actitud creciente de los ciudadanos hacia los elementos de las corporaciones de seguridad que en un gran porcentaje se escudan en su investidura para sobajar a los más indefensos o ignorantes.

No es para alegrarse lo que hicieron estas mujeres y el hombre de la imagen referida, pero si quienes tienen la responsabilidad y el mando de las fuerzas del orden no los disciplinan, comenzando por ellos mismos, para que cumplan su verdadera misión, difícilmente se evitará que se sigan dando estos enfrentamientos.

El Licenciado Peña Nieto señalaba precisamente en ese evento que “…tenemos que actuar con sentido de responsabilidad..., escuchando a la gente, dando los resultados esperados y evitando a toda costa una confrontación entre hermanos”.

La ciudadanía ya no tiene la confianza en sus representantes porque solo la utilizan para conseguir el voto que los coloque en los puestos que les permita acceder al poder público y ya que están en él les vale madres los que la gente necesita y solo se la pasan haciendo fortuna a costa de los dineros del pueblo. Y claro que me refiero a políticos de carrera efímera o líderes sindicales que se supieron meter en el ánimo de los buenos políticos o como dicen en mi pueblo “se supieron vender…”.

En este espacio he venido diciendo que de seguir en esta tendencia, el sistema político mexicano esta apostando por una nueva confrontación entre hermanos. La impunidad, el abuso de autoridad, la corrupción, la necedad legislativa y los intereses de grupo, son ingredientes que al mezclarse con la ignorancia del pueblo, y esa ignorancia que se sigue manteniendo como estrategia de los políticos para mantener su control, da como resultado, sin duda, el encono social.

Tenemos que ser congruentes entre lo que se dice y lo que se hace. Quiero equivocarme y no volver a validar lo que decía un luchador social como Vladimir Ilich Ulianov Lenin: “Respeten el estómago del pueblo porque si no el pueblo tomará las armas”.

Y cuando se refería al estómago de pueblo incluía, además de los satisfactores alimenticios, al hambre de justicia que también denunció en su oportunidad Luís Donaldo Colosio.