miércoles, 17 de septiembre de 2008

¿Solo así se dieron cuenta? Ya ni la amuelan. 190808

¿Solo así se dieron cuenta?
Ya ni la amuelan.

19/agosto/2008
Juan Carlos S. Velásquez Mejía

Resulta que más del 67 % de los “profes” recién egresados que aspiraron a una plaza docente en el concurso de oposición que se realizó por primera vez en la historia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, tronaron y se quedaron con las ganas de estrenarse en el ámbito laboral con su chamba vitalicia.

Esto es apenas la “punta del Iceberg” , pues aquí lo he venido diciendo que lamentablemente la gran mayoría de los profesores que egresan de la escuelas paradójicamente llamadas “Normales”, salen anormales o más bien entran anormales, pues con la trillada argumentación de padres y alumnos que buscan un lugar en esas Normales, y que me ha tocado escuchar en innumerables ocasiones en le sentido de que “tienen la vocación para ser maestros” y que por eso quieren estudiar la carrera que les permitirá obtener una plaza que les dará estabilidad laboral sin tantas broncas pues ya les daban una plaza basificada y afiliada al sindicato, contrario a lo que sucede en la mayoría de las demás profesiones, en las que si no demuestras tus aptitudes y actitudes en tu trabajo cotidiano, corres el riesgo de que te manden a volar, a menos claro, que estés “iluminado o protegido” por los dioses del amiguismo, compadrazgo y ‘otras deidades’ muy milagrosas, creadas por este mágico sistema “meidi in Mexicou”. Que conste que no estoy diciendo que solo en México se da esta subcultura.

Hace algunos meses señalé que “Educadores sin vocación es una pésima inversión”, hoy este filtro que les aplicaron me da la razón y no es que haya descubierto el ‘hilo negro o el agua tibia’, pues también señale que de seguro esto ya lo sabían los de arriba y solo les faltaba confirmarlo. No les costó mucho trabajo.

Ha pero eso si, ahora que ‘ya se dieron cuenta’, resulta que hasta quieren cerrar aquellas escuelas Normales, que no son tan normales o convertirlas en escuelas técnicas. Darle un giro, mejor una revolcada, al modelo educativo tan eficientista que se tiene y revisar los planes de estudio de la carrera de profesor, pues parece que solo sirven para formar cuidadores de párvulos, niños y jóvenes.

No estoy exagerando, ni haciendo leña de un árbol que se está secando. El modelo educativo debe estar basado sobre todo en la FAMILIA, pues es en su seno donde inicia este proceso llamado EDUCACIÓN. Con ello también estoy diciendo que habrá que darles la atención e información a los padres, ya sea que estén juntos o bien sean familias encabezadas por uno de ellos o por otro miembro que sin ser el padre o madre consanguíneo, realice las funciones correspondientes.

La Educación comienza en la Familia, y en la escuela desde que se ingresa a la etapa maternal, se deberá trabajar en la identificación de las potencialidades y la adopción de esquemas mentales positivos del individuo para que se le vaya conduciendo de acuerdo a ellos y no esperar a que lleguen a la secundaria para darles “Orientación Vocacional”, pues esta más que documentado que el ser humano adquiere mas del 80% de sus conocimientos base entre su nacimiento y los 7 años, de tal manera que después de esa edad cronológica, ya es más difícil inculcar o adecuar esquemas mentales.
Recuerdo la crónica de ¿Cómo amaestrar a una pulga? Y lo comento con todo el respeto a mis semejantes. Resulta que una pulga es capaz de saltar el equivalente a 500 veces su tamaño, pero para los fines de un cirquero fue necesario limitar esta natural potencia del insecto, metiéndola a un frasco tapado donde ya solamente podía saltar una quinta parte de su real capacidad y así pasa con este modelo educativo que parece estar hecho para que se “castre”, perdón el término, pero así lo entiendo, a la capacidad del educando mexicano. He visto y como siempre existen las honrosas excepciones aunadas a esos niños llamados por los especialistas como “Índigos” o superdotados.

Deseo que las futuras generaciones, en el inmediato plazo ya puedan ser educadas desde el seno familiar y continuar su proceso en las escuelas a partir de la etapa maternal y que cuando lleguen a los 7 años contemos con ejércitos de potenciales individuos que desarrollen su verdadera vocación en una actividad productiva, sea una carrera o un oficio, o más, por qué no, que se comprometan con su entorno para aspirar a mejores niveles de bienestar.

Por eso, ya déjense de discursos y como decía sabiamente mi abuelo: “No me lo digan. ¡HAGANLO!”

No hay comentarios: