viernes, 29 de febrero de 2008

A propósito del "Día de la Familia" Educación Sexual para Adultos 280208

A propósito del “Día de la Familia”
Educación sexual para adultos
28/feb/2008
Juan Carlos S. Velásquez Mejía

Como la familia es, en condiciones estables, el núcleo donde se forman los valores y principios del individuo social, es menester que desde ella se aborde un tema que aún en nuestros días sigue siendo un tabú: la educación sexual.

Los especialistas tienen razón en opinar que la mejor enseñanza sobre sexualidad se recibe en casa, pues se ha comprobado que cuando los padres brindan información veraz sobre dicho tema, ayudan a que sus hijos cuenten con elementos necesarios para tomar decisiones, planificar su futuro e, incluso, salvar su vida.

En la actualidad, importante número de padres de familia, e incluso, abuelos, de 40 a 50 años de edad, “arrastran” cadena de dudas en torno a temas sexuales, que en su momento los llevaron a cometer “errores” —embarazo prematuro, aborto o enfermedades de transmisión sexual (ETS)—, dejándoles frustración en cierta etapa de su vida, según afirman expertos sexólogos y terapeutas.

El problema —insisten especialistas—, es que no enfrentaron de manera adecuada el conflicto y, peor aun, han “heredado” a sus descendientes un vacío similar de información y educación que complica dramáticamente y a largo plazo la situación.

En el contexto nacional esto no es diferente. El Dr. Eusebio Rubio González, sexólogo y terapeuta sexual y de pareja, presidente de la Asociación Mundial de Sexología (WSA, por sus siglas en inglés), con sede en la Ciudad de México, explica: “La base de toda situación —positiva o negativa— tiene respuesta en la familia, pues en el seno del hogar es donde el individuo recibe la primera información que será trascendente para su vida. En ese entorno la sexualidad, vista como la relación entre los padres como pareja hombre-mujer, la educación que éstos posean y la manera como la transmitan a sus hijos, se convierte en tema cotidiano y fundamental para el desarrollo de los descendientes, lo que, a su vez, impactará de forma determinante en la sociedad en conjunto durante generaciones”.

Esto ya se está manejando en distintos países con acciones concretas y así tenemos el testimonio del Dr. Juan Francisco Vélez, originario de Colombia, cuando explica en el estudio “Protege tu corazón”, el cual creó junto con su esposa, María Luisa Estrada, que “se trata de programa de educación sexual surgido en 1993 y se ha expandido a más de 60 ciudades de nueve naciones.

La iniciativa, dirigida a adolescentes y padres, se ha aplicado en más de 190 instituciones educativas, y ofrece 25 sesiones diferentes para adolescentes y 17 talleres para padres.

El propósito es crear conciencia de que el amor no significa tener relaciones sexuales, y que el sexo seguro resulta inseguro porque los diferentes métodos preservativos y anticonceptivos no son cien por ciento confiables. Por su parte, los anuncios publicitarios promueven sexo y protección, provocando que los jóvenes sean promiscuos (sostienen relaciones con diversos individuos) y, como ejemplo de cifras alarmantes está el que, en la década de 1960 se diagnosticaban en América Latina sólo dos enfermedades de transmisión sexual, mientras en la actualidad se conocen 25 subgrupos de ellas, todas de peligrosidad”.

De acuerdo al Dr. Vélez, el objetivo del programa no sólo es evitar embarazos indeseables: “Se trata de sobrellevar las emociones sexuales, que son muy potentes, lo que implica descubrir que la sexualidad debe estar armonizada por la inteligencia para actuar en forma adecuada”, concluye el especialista.

Para finalizar, el Dr. Eusebio Rubio González enfatiza que la comunicación es el método más efectivo para aclarar dudas, evitar “accidentes” no programados y, “sobre todo, gozar plena sexualidad, con responsabilidad y de acuerdo a la edad y madurez del individuo, ya que se ha confirmado que es necesidad fisiológica (característica de los procesos normales de un ser vivo), altamente benéfica para el organismo en todos los sentidos (cuando se ejerce en condiciones óptimas, es decir, de mutuo acuerdo) y un acto que engloba diversos significados (religioso, social, cultural) todos ellos positivos, por lo que es deber de los adultos mantenerse informados para orientar a su hijos.

En la actualidad existen diversas instituciones en el país dedicadas a impartir talleres para jóvenes y adultos, incluso mayores, en los que con apoyo de profesionales en sexología, se resuelven dudas e incertidumbres que, por simples que parezcan, deben ser expresadas para evitar que se conviertan en serios problemas de los que se derivan —como bola nieve—, irremediables complicaciones como maternidad precoz o dolorosas enfermedades de transmisión sexual de largo tratamiento y que dejan secuelas”.

El sistema educativo nacional deberá estar muy atento a estas prácticas exitosas de educación sexual y en su caso adecuar sus planes de estudio y sobre todo diseñar estrategias que involucren a los padres de familia y tutores para que reciban el apoyo en cuanto a la manera de provocar esta clase de interacción padres-hijos.

Según el especialista, para lograr óptima comunicación familiar se requiere:

Respeto por todos y cada uno de los miembros del hogar. No desestimar ninguna pregunta o duda, por simple o “tonta” que pueda parecer.

No dejar “para después” la plática o charla para tratar temas importantes (como el de sexualidad), sino asignar un día, hora y lugar especiales. Se sugiere entorno alejado del sitio cotidiano de convivencia para no ser interrumpidos.

Orientar a los hijos adolescentes sobre cambios (físicos y mentales) que experimentan durante la pubertad, para evitar temores; por ejemplo, en la mujer es fundamental conocer los signos y manifestaciones de la menstruación.

En tono amable, prevenir a los menores sobre los inconvenientes del embarazo prematuro e infecciones de transmisión sexual (ETS), por lo que mujeres y hombres adolescentes sufren —cada uno a su modo— por igual.

Hablar con jóvenes sobre métodos de planificación familiar y anticonceptivos más convenientes, de acuerdo a sus necesidades y condiciones de vida; es decir, tanto solteros como casados deben estar enterados.

Fomentar, con su pareja, la retroalimentación de tópicos, dudas e información que después pueda compartir con sus hijos, ya que, si bien la relación de los padres hacia los menores suele ser diferente, es mejor que ellos los vean unidos.

Permita a sus hijos mayores de edad disfrutar su sexualidad de manera sana, plena y responsable.

¡Que viva la FAMILIA!

No hay comentarios: