viernes, 26 de octubre de 2007

Educación vial y actitud./ 26 10 2007

Educación Vial y Actitud.
La preferencia la tienen los peatones y los vehículos, es más fluido UNO POR UNO.

Juan Carlos S. Velásquez Mejía

Cuando uno tiene la posibilidad de visitar otras ciudades de nuestro país, es imposible dejar de comparar las condiciones en que se viven, al menos mientras uno se encuentra en ellas y cuando se trata de transitar por sus calles, parques y demás áreas peatonales o reservadas para ello, resalta el aspecto de la cultura o educación que muestran los habitantes o residentes en materia vial.

Por ejemplo en una pequeña, pero hermosa ciudad de Guanajuato, San José Iturbide, existe una costumbre muy arraigada entre los que ahí viven y conviven. Resulta que en las calles o avenidas que no cuentan con semáforo o puentes peatonales, los vehículos se detienen y dan el paso a los peatones, por el sólo hecho de que éstos traten de cruzar la vía. En cambio aquí en nuestra ciudad y en general en sus poblaciones, es muy raro ver este tipo de muestras de civilidad y más bien aquí lo que sucede es que parecen pasos de la muerte.

Ojala que podamos contar con señalamientos en los cruces de aquellas calles y avenidas de la ciudad y las delegaciones que nos vayan acostumbrando y educando para darnos el trato que deseamos cuando vamos como transeúntes y también que cuando le hagamos de conductores sepamos dar la preferencia a los peatones y nosotros usar las equinas y no a mitad de cuadra.

Los señalamientos se pueden hacer en coordinación y con el patrocinio de los comerciantes y prestadores de servicios turísticos de la ciudad, seguramente que ellos le van a entrar a esta campaña de educación vial. A todos nos conviene. Además no debemos olvidar los señalamientos para los conductores que indiquen, en aquellos cruces sin semáforos, que para agilizar el flujo vehicular en “horas pico” es mejor UNO POR UNO, o sea que pase un automóvil de un lado y luego dejar pasar al otro que viene en la transversal.

La verdad es que no sabemos caminar por la ciudad y conducimos muy mal nuestros vehículos. Muchos automovilistas obstruyen la circulación haciendo altos en lugares prohibidos donde con sólo unos segundos que ocupan provocan interrupción de la fluidez que debería haber, como cuando se quiere dejar a los hijos en la misma puerta de la escuela, por ejemplo. Los chóferes de los transportes urbanos y suburbanos o foráneos de pasajeros y los taxistas se paran donde se les antoja para subir o bajar usuarios y eso provoca además de accidentes, muchos fatales, un caos vial, contaminación de humo, ruido y crespa los estados de ánimo.

Todo cambio en nuestras conductas requiere voluntad, pero sobre todo actitud y en estos menesteres de la convivencia ciudadana en las vialidades, no es la excepción; así que no sólo es cuestión de señalamientos y otros complementos materiales, sino de que cada uno pongamos nuestro granito de arena para hacer de nuestra ciudad un espacio digno de habitar.


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