viernes, 26 de octubre de 2007

Participación ciudadana y corresponsabilidad. / 26 10 2007

Participación ciudadana y corresponsabilidad
Dicen que nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido.

Juan Carlos S. Velásquez Mejía

Por años hemos escuchado que nuestro país tiene la forma imaginaria de un “Cuerno de la Abundancia” y además no solo tiene la forma sino que prácticamente así es, pues cuenta con una enorme riqueza natural (biodiversidad, climas, petróleo, plata, cobre, acero, potenciales mal explotados agrícolas y ganaderos, playas de ensueño, montañas y valles, ríos y lagunas, etc., etc., etc.), pero si ahorita nos hicieran una evaluación de cómo hemos sabido aprovechar estas bendiciones, creo que saldríamos reprobados y hasta demandados.

Dónde está el Río y la Laguna de Lerma, qué hemos hecho con las lagunas de Almoloya del Río, el Río Verdiguel, la Laguna de Ojuelos, en el Xinantécatl cada vez son menos los árboles y más las milpas. Que ignorancia devastadora y criminal; esas son las cuentas que estamos entregando estas nuevas generaciones. Que pena siento. Pero más que pena, lo que siento es impotencia ante la indiferencia de la mayoría que no actuamos para resolver algo que nosotros mismos hemos provocado.

Sugiero que las autoridades municipales inicien o hagan una intensa y permanente campaña de participación ciudadana corresponsable para:

1.- Que cada familia nos comprometamos a sembrar y cuidar al menos un árbol y que por cada nuevo habitante que nazca y se registre en cada municipio, sus padres planten un árbol y lo adopten a nombre del registrado para que así desde pequeño vaya con ellos a darle los cuidados necesarios para que se logre y cuando esta nueva personita tenga edad para seguirlo cuidando, ya sepa que tiene una responsabilidad con su comunidad y de seguro continuará esta actividad como sana costumbre con sus descendientes; así como una forma de amar y proteger a su entorno, a su vida. Porque al hacerlo lo hará también con sus semejantes y el efecto será multiplicador.

Para esto será conveniente identificara aquellas áreas donde se puedan establecer bosques municipales o de la familia o como les quieran llamar y así como destinamos campos santos o panteones para depositar los restos mortales de nuestros difuntos, así tengamos estos espacios consagrados a la protección de la vida.

Esta por demás señalar los beneficios y responsabilidades que traen consigo los bosques. De tal manera que si se llega a concretar esta propuesta, no sea aislada, sino integral.

2.- Que el servicio de limpia y recolección de basura deje de ser solo una obligación del la autoridad municipal y se convierta en una corresponsabilidad entre los habitantes y la autoridad. Es decir, que si bien la autoridad debe seguir recolectando los desechos domésticos, también nosotros que los generamos, ya los entreguemos debidamente separados en orgánicos e inorgánicos, para darles el tratamiento adecuado y productivo que pudiera resultar.

Habrá que dotar a los camiones recolectores de los contenedores separados y que se capacite al personal para que los sepa recibir de tal manera que esta actividad se pueda convertir en una posible fuente de trabajo en lo que se refiere al reciclaje y transformación de la basura, como ha sucedido en otras latitudes como Japón, donde con la basura debidamente manejada, han transformado las basuras en materiales para la construcción y hecho hasta edificios, estadios deportivos, compostas para la agricultura y otras aplicaciones de alto impacto social y bajo o controlado impacto ambiental.

Continuar con la colocación o en su caso instalar contenedores para la basura (orgánica e inorgánica) en los sitios que son de mayor tránsito o afluencia de personas y que se convierten muchas veces en basureros.

Establecer sanciones ejemplares a quienes sigan tirando la basura en las calles, incluyendo a los conductores de cualquier vehículo de transporte que la arroje o tire a las vialidades.

3.- Seguir impulsando una cultura del cuidado del agua con acciones más concretas y donde se involucre a las escuelas, oficinas públicas y privadas, como revisiones públicas (mediante brigadas constituidas formalmente) de las instalaciones hidráulicas de cada edificio, como si fuera un simulacro de protección civil, pero para identifica y corregir fugas en tuberías, depósitos o tinacos o cisternas y otras irregularidades que atentan contra el aprovechamiento del vital líquido.

Recordemos que más del 40% del agua que se distribuye por las redes municipales, se pierde en fugas.

Este mismo esquema podría instrumentarse en cada domicilio y los responsables de su ejecución serían los mismos moradores.
Para todo ello los organismos operadores de agua, como áreas públicas normativas, establecerían un “instructivo” o “manual de revisión y atención básica de instalaciones domesticas hidráulicas y sanitarias”.

4.- Establecer o diseñar un mecanismo de reporte o denuncia ciudadana de actos que atenten contra la limpieza del aire, la tierra y el agua, como aquellos vehículos automotores de combustión interna a base de gasolina, diesel o gas carburante que ostensiblemente emitan humos y sigan circulando sin que ninguna autoridad lo evite; así como aquellas personas que sean sorprendidas tirando basura o líquidos de dudosa procedencia en terrenos baldíos, barrancas o arroyos de agua, cunetas de carreteras, milpas, etc.

Claro que a esto corresponderá también una reglamentación específica para determinar sanciones y si ya existe, revisar o actualizar su vigencia y alcance.

Hay mucho por hacer como ciudadanos de este plantea y si queremos seguirlo teniendo habitable, entonces asumamos nuestro papel. Esto es sólo un pequeñísimo listado de todo lo que podemos y debemos realizar a favor de nosotros mismos.


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