miércoles, 29 de agosto de 2007

Decía mi abuela: "Cosa prohibida, causa apetito" / 270607)

DECIA MI ABUELA: “COSA PROHIBIDA, CAUSA APETITO”
(27/06/07)

Por Juan Carlos Velásquez Mejía.

Recuerdo un frase de una gran letrista mexicana, Lolita de la Colina, en una de sus extraordinarias creaciones, que dice con mucha precisión: “Porque un beso es nada mas que una emoción…”

Hoy me enteré, por diferentes medios, que la Secretaría de Educación Estatal, emitió una serie de recomendaciones conductuales hacia los profesores, tanto los que están frente a grupo, como la los que son directivos de planteles escolares, que ya no podrán saludar de beso a sus alumnos, ni podrán abrazarlos o ser abrazados, en razón de que la Comisión de Derechos Humanos de la entidad, mediante recomendación 13/2007, señala “Instrúyase a los directores escolares y supervisores, a fin de que se establezcan mecanismos eficaces, o en su caso, los mejoren con la finalidad de vigilar permanentemente a los docentes y demás personal que con motivo de su cargo tengan contacto con los alumnos, a fin de que se pueda detectar cualquier conducta particularmente sexual, que afecte el desarrollo de los menores”

Con el debido respeto que me merecen el organismo autónomo de los derechos humanos y la dependencia citada, prohibir este tipo de conductas tan arraigadas entre los mexicanos, es más entre los latinos, no creo que ayude en nada a conseguir los fines perseguidos: Evitar el acoso sexual.
Y lo que es peor, si pueden detonar más casos y si no al tiempo.

Dice la Comisión mexiquense referida que de 2006 a la fecha ha recibido ocho denuncias por acoso sexual en ese marco de actuación.

El acoso sexual se origina por otros factores que van desde la misma educación que se recibe en el seno familiar para saber conducirse con respeto y confianza con los demás, hasta el ambiente organizacional de los centros de trabajo y no porque se de pauta con una muestra de afecto pública y desmitificada como lo es un beso o un abrazo o ambos.

Se sabe por estudios psicológicos, que por ejemplo, las miradas y las caricias libidinosas son más detonantes que predisponen a esas conductas, pero un beso o un abrazo de saludo o afecto cotidiano nunca terminarán en hostigamiento de esa índole.

Lo que si esta demostrado en materia del comportamiento humano es que cada vez que se le prohíbe algo a una persona o grupo de, lo que resulta es que se comete con mas frecuencia esa restricción. “Cosa prohibida causa apetito” reza el dicho popular y sin duda es una verdad probada.

Ante ello, la familia vuelve a ser el mejor espacio donde se mame educación y se practiquen los valores de respeto, dignidad, tolerancia, solidaridad, comunicación, para prevenir estas y otras conductas que generan en la sociedad tantos males como la drogadicción, el alcoholismo, la prostitución, el abuso, los robos, la corrupción, la delincuencia, la violencia intra y extra familiar, entre tantas más que conocemos y nos enteramos a diario.

La conducta de los profesores que se supone debe estar perfilada para ser ejemplo, no es garantía para que alguno cometa un atropello de ese tipo. Entonces debe reforzarse desde las escuelas normales el programa de valores que opera la misma Secretaría de Educación, así como aplicar sanciones ejemplares a aquellos que infrinjan la sana convivencia entre alumnos, mentores y directivos y en general con el resto de la sociedad.

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