Ya es hora, ¿no?
(26/03/07)
Juan Carlos Velásquez Mejía
El pasado fin de semana pude darme una vuelta por el centro de la ciudad capital mexiquense, con el propósito de asegurarme de que lo que iba a escribir esta semana era lo que sucede desde hace al menos 15 años en materia de promoción turística de los diferentes atractivos que tiene TOLUCA LA BELLA.
Lamentablemente en mi recorrido lo único que pude confirmar es que carecemos de una cultura de ser destino turístico, porque de que hay lugares dignos de ser incluidos en un itinerario para los visitantes que llegan a Toluca, los hay. Pero como no hay módulos de orientación para ello, pues ahí se quedan, los visitantes y los lugares, con las ganas de saber algo distinto a lo de siempre como Los Portales y el Cosmovitral. Y no me refiero a los módulos simplemente, pues de tras de ellos debería existir todo un tejido organizacional y de vinculación inter e intra institucional que a lo mejor lo hay, pero como dicen en mi pueblo: ni se ve ni se siente. Toluca es más que eso.
Hace 15 años que tuve la oportunidad de colaborar en la entonces Casa de las Artesanías del Estado de México (CASART). Recuerdo que se tenían recorridos para los visitantes en autobuses y precisamente uno de los puntos a visitar era la tienda de Paseo Tolocan, que permitía mostrar y explicar la gran riqueza de forma y color transformada por los artesanos y artistas de las diferentes regiones de la entidad, quienes además podían vender sus productos y con ello obtenían un beneficio económico.
Bueno la cosa es que ahora que han pasado los años y que tenemos una infraestructura vial moderna, espacios de cultura y recreación subutilizados, tradiciones en comidas, bebidas, artesanías y un aeropuerto con mayor movimiento de personas, se habla de que en los primeros 14 meses de operación de las líneas de bajo costo ya se han tenido más de 3 millones de pasajeros y que así como va la terminal aérea se podrá llegar a más de 5 millones al año. Y todo ello para qué
Quienes hemos tenido la necesidad de utilizar los servicios del Aeropuerto Internacional “Adolfo López Mateos”, nos hemos podido percatar de que no existe, hasta el momento en que escribo esto, una oficina, o ya no digamos oficina, al menos una mesita de atención y orientación al turismo, que permita mostrar opciones de visitas guiadas a los puntos de mayor atractivo de Toluca, Metepec, Zinacantepec, Lerma y San Mateo Atenco.
Estoy consciente de que la mayoría de los pasajeros que llegan son para trasladarse casi de inmediato a la ciudad de México y que muy pocos arriban para hacer turismo en Toluca y zonas aledañas, pero creo que si queremos que el aeropuerto sea una puerta de entrada a la entidad, entonces como que solo la estamos usando de antesala para la capital del país y por lo mismo estamos dejando a un lado la oportunidad de hacer de Toluca y sus alrededores una destino turístico que genere los beneficios económicos, sociales y culturales que potencialmente ahí están.
Una frase muy socorrida en los años 80’s era “cuando los recursos escasean hay que utilizar la imaginación” y creo que pocos funcionarios del sector turístico estatal y municipal la conocen, ya que no sé de alguna estrategia pública que me calle la boca.
Dicen que las comparaciones son odiosas, pero cómo te ayudan a ubicarte, ¿no?
Hace poco estuve en Morelia y en Guadalajara y en sus aeropuertos, se tienen mostradores y módulos de información de la oferta turística de cada entidad y específicamente de la ciudad en turno. Mi viaje a esas dos ciudades no era precisamente para ir de turista, pero cuando conocí esa información pude hacer el espacio necesario para adquirir un paquete que me permitió visitar una cantidad de espacios y lugares que difícilmente hubiera podido conocer en mi corta estancia y con mis propios recursos (auto rentado o con la familia que ahí radica, por ejemplo).
En Guadalajara existe un transporte muy parecido al Turibus del ciudad de México, que se llama Tapatío tours y que en una hora y media hace un recorrido -de dos que tiene- desde el centro histórico hasta la famosa fuente de la Minerva, pasando por las principales calles y avenidas de la Perla de Occidente, con paradas en diferentes puntos estratégicos donde los que íbamos pudimos bajar y tomar fotos, comprar algún recuerdo, en fin. Seguramente los funcionarios de Turismo de la entidad y del municipio ya saben de qué les hablo, pero respetuosamente valdría la pena que se pusieran a trabajar en acciones muy concretas y palpables para los miles de turistas potenciales que pudieran descubrir en Toluca y sus alrededores un verdadero lugar para quedarse más de una noche.
Y como siempre digo, el remedio y el trapito. Aquí mi propuesta:
1.- Diseñar un paquete de rutas, al menos dos para Toluca y sus alrededores que incluyan la visita a puntos como La Plaza de los Mártires y sus edificios (Palacio de Gobierno, Palacio de Justicia, Palacio Legislativo, Catedral), Los Portales, Teatro Morelos, Cosmovitral, Plaza González Arratia, Templo del Carmen, La Plaza España, el Templo de la Santa Veracruz, el Museo José María Velasco, el Museo Felipe Solís, el Museo de la Estampa, el Museo de la Acuarela, el Museo de Numismática, La Alameda Central, el Parque Matlatzinca, el edificio de Rectoría de la UEAMEX, la Casa de las Diligencias, el Templo del Ranchito, el Paseo Colón, el Centro Cultural Mexiquense, la tienda de CASART, la zonas arqueológicas de Calixtlahuaca, Teotenango, y Malinalco y próximamente el Museo de la Cerveza. Otras rutas podrían incluir la visita a Metepec y su corredor artesanal, el paso por las plazas comerciales y de entretenimiento; el Zoológico de Zacango; a Zinacantepec y el Museo del Virreinato. Una ruta exclusiva para “pueblear” como San Felipe Tlamimilolpan, Tecaxic, San Buenaventura, Cacalomacan, entre otros.
2.- Con la participación de la iniciativa privada convenir en puntos estratégicos de las rutas para ofertar productos distintivos de la región, como los dulces, el chorizo, el taco de plaza, las tortas, los mosquitos y complementar con utilitarios como ropa, accesorios, artículos para el hogar.
3.- Tenemos en el corredor industrial empresas de carrocerías que podrían diseñar y construir un vehículo de proporciones adecuadas al espacio vial de la ciudad y llamarlo “Choribus” que permita que el viajero disfrute el recorrido funcional y cómodamente e inclusive equiparlo con motor ecológico.
4.- Instalar en el aeropuerto y terminal de autobuses de Toluca, así como en los aeropuertos y terminales de autobuses donde se tiene conexión para venir acá, módulos operados por las mismas compañías aéreas y de transporte terrestre con información de la oferta turística de la ciudad (hoteles, restaurantes, discotecas, museos, templos, parques recreativos, etc.) y un teléfono larga distancia gratuito, para dar precios, horarios, direcciones específicas, contactos electrónicos para reservaciones (portal electrónico)
5.- Coordinarse entre las autoridades estatales y municipales con el sector comercial, de servicios y turismo de los municipios involucrados para establecer una imagen y políticas de atención al visitante.
La propuesta podría parecer muy limitada, pero este espacio solo lo aprovecho para señalar que existe ese gran potencial y la coyuntura para detonar una actividad que parece estar vetada para nuestra cuidad y sus alrededores: el turismo.
Ya escuché decir a la titular del ramo a nivel estatal que si existe promoción para Toluca pero que es solo en materia de negocios, pues así esta identificada, según dijo, entre los que la visitan.
Corresponderá a los principales actores tomar las cartas en el asunto y aplicarse de tal suerte que se puedan complementar otras regiones que ya tienen algunos pasos andados como Ixtapan de la Sal, Tonatico, Valle de Bravo, Teotihuacan, Tepozotlán y darle su justa dimensión a la llamada industria sin chimeneas en nuestra entidad.
En otra oportunidad hablaré de las regiones sureñas (Tejupilco, Luvianos, Amatepec, Sultepec, Zacualpan), del oriente mexiquense (Amecameca, Ayapango, Tlamanalco, Chiconcuac, Chalco, Temamatla, Tepetlixpa) o del norte (Isidro Fabela, Villa del Carbón, Chapa de Mota, Timilpan, Acambay, Aculco, Polotitlan, Temascalcingo, El Oro, etc.), que también son un diamante en bruto.
Todo esto requiere ante todo de un gran compromiso con la ciudad y sus alrededores, no solo de las autoridades estatales y municipales, también de los prestadores de los servicios turísticos quienes habrán de poner su mejor voluntad y esfuerzo por tener unas instalaciones dignas de ser visitadas, limpias, seguras, con personal respetuoso que se canse de ser atento y cálido(inversión que redituará), para no ser una ciudad de primera, es decir que solo nos visiten la primera vez y luego jamás vuelvan, sino una ciudad que sea su destino de descanso y de confianza. Su casa cuantas veces gusten y manden y digan con mucho agrado: ¡TOLUCA, BUEN GENTE!
Juan Carlos Velásquez Mejía
El pasado fin de semana pude darme una vuelta por el centro de la ciudad capital mexiquense, con el propósito de asegurarme de que lo que iba a escribir esta semana era lo que sucede desde hace al menos 15 años en materia de promoción turística de los diferentes atractivos que tiene TOLUCA LA BELLA.
Lamentablemente en mi recorrido lo único que pude confirmar es que carecemos de una cultura de ser destino turístico, porque de que hay lugares dignos de ser incluidos en un itinerario para los visitantes que llegan a Toluca, los hay. Pero como no hay módulos de orientación para ello, pues ahí se quedan, los visitantes y los lugares, con las ganas de saber algo distinto a lo de siempre como Los Portales y el Cosmovitral. Y no me refiero a los módulos simplemente, pues de tras de ellos debería existir todo un tejido organizacional y de vinculación inter e intra institucional que a lo mejor lo hay, pero como dicen en mi pueblo: ni se ve ni se siente. Toluca es más que eso.
Hace 15 años que tuve la oportunidad de colaborar en la entonces Casa de las Artesanías del Estado de México (CASART). Recuerdo que se tenían recorridos para los visitantes en autobuses y precisamente uno de los puntos a visitar era la tienda de Paseo Tolocan, que permitía mostrar y explicar la gran riqueza de forma y color transformada por los artesanos y artistas de las diferentes regiones de la entidad, quienes además podían vender sus productos y con ello obtenían un beneficio económico.
Bueno la cosa es que ahora que han pasado los años y que tenemos una infraestructura vial moderna, espacios de cultura y recreación subutilizados, tradiciones en comidas, bebidas, artesanías y un aeropuerto con mayor movimiento de personas, se habla de que en los primeros 14 meses de operación de las líneas de bajo costo ya se han tenido más de 3 millones de pasajeros y que así como va la terminal aérea se podrá llegar a más de 5 millones al año. Y todo ello para qué
Quienes hemos tenido la necesidad de utilizar los servicios del Aeropuerto Internacional “Adolfo López Mateos”, nos hemos podido percatar de que no existe, hasta el momento en que escribo esto, una oficina, o ya no digamos oficina, al menos una mesita de atención y orientación al turismo, que permita mostrar opciones de visitas guiadas a los puntos de mayor atractivo de Toluca, Metepec, Zinacantepec, Lerma y San Mateo Atenco.
Estoy consciente de que la mayoría de los pasajeros que llegan son para trasladarse casi de inmediato a la ciudad de México y que muy pocos arriban para hacer turismo en Toluca y zonas aledañas, pero creo que si queremos que el aeropuerto sea una puerta de entrada a la entidad, entonces como que solo la estamos usando de antesala para la capital del país y por lo mismo estamos dejando a un lado la oportunidad de hacer de Toluca y sus alrededores una destino turístico que genere los beneficios económicos, sociales y culturales que potencialmente ahí están.
Una frase muy socorrida en los años 80’s era “cuando los recursos escasean hay que utilizar la imaginación” y creo que pocos funcionarios del sector turístico estatal y municipal la conocen, ya que no sé de alguna estrategia pública que me calle la boca.
Dicen que las comparaciones son odiosas, pero cómo te ayudan a ubicarte, ¿no?
Hace poco estuve en Morelia y en Guadalajara y en sus aeropuertos, se tienen mostradores y módulos de información de la oferta turística de cada entidad y específicamente de la ciudad en turno. Mi viaje a esas dos ciudades no era precisamente para ir de turista, pero cuando conocí esa información pude hacer el espacio necesario para adquirir un paquete que me permitió visitar una cantidad de espacios y lugares que difícilmente hubiera podido conocer en mi corta estancia y con mis propios recursos (auto rentado o con la familia que ahí radica, por ejemplo).
En Guadalajara existe un transporte muy parecido al Turibus del ciudad de México, que se llama Tapatío tours y que en una hora y media hace un recorrido -de dos que tiene- desde el centro histórico hasta la famosa fuente de la Minerva, pasando por las principales calles y avenidas de la Perla de Occidente, con paradas en diferentes puntos estratégicos donde los que íbamos pudimos bajar y tomar fotos, comprar algún recuerdo, en fin. Seguramente los funcionarios de Turismo de la entidad y del municipio ya saben de qué les hablo, pero respetuosamente valdría la pena que se pusieran a trabajar en acciones muy concretas y palpables para los miles de turistas potenciales que pudieran descubrir en Toluca y sus alrededores un verdadero lugar para quedarse más de una noche.
Y como siempre digo, el remedio y el trapito. Aquí mi propuesta:
1.- Diseñar un paquete de rutas, al menos dos para Toluca y sus alrededores que incluyan la visita a puntos como La Plaza de los Mártires y sus edificios (Palacio de Gobierno, Palacio de Justicia, Palacio Legislativo, Catedral), Los Portales, Teatro Morelos, Cosmovitral, Plaza González Arratia, Templo del Carmen, La Plaza España, el Templo de la Santa Veracruz, el Museo José María Velasco, el Museo Felipe Solís, el Museo de la Estampa, el Museo de la Acuarela, el Museo de Numismática, La Alameda Central, el Parque Matlatzinca, el edificio de Rectoría de la UEAMEX, la Casa de las Diligencias, el Templo del Ranchito, el Paseo Colón, el Centro Cultural Mexiquense, la tienda de CASART, la zonas arqueológicas de Calixtlahuaca, Teotenango, y Malinalco y próximamente el Museo de la Cerveza. Otras rutas podrían incluir la visita a Metepec y su corredor artesanal, el paso por las plazas comerciales y de entretenimiento; el Zoológico de Zacango; a Zinacantepec y el Museo del Virreinato. Una ruta exclusiva para “pueblear” como San Felipe Tlamimilolpan, Tecaxic, San Buenaventura, Cacalomacan, entre otros.
2.- Con la participación de la iniciativa privada convenir en puntos estratégicos de las rutas para ofertar productos distintivos de la región, como los dulces, el chorizo, el taco de plaza, las tortas, los mosquitos y complementar con utilitarios como ropa, accesorios, artículos para el hogar.
3.- Tenemos en el corredor industrial empresas de carrocerías que podrían diseñar y construir un vehículo de proporciones adecuadas al espacio vial de la ciudad y llamarlo “Choribus” que permita que el viajero disfrute el recorrido funcional y cómodamente e inclusive equiparlo con motor ecológico.
4.- Instalar en el aeropuerto y terminal de autobuses de Toluca, así como en los aeropuertos y terminales de autobuses donde se tiene conexión para venir acá, módulos operados por las mismas compañías aéreas y de transporte terrestre con información de la oferta turística de la ciudad (hoteles, restaurantes, discotecas, museos, templos, parques recreativos, etc.) y un teléfono larga distancia gratuito, para dar precios, horarios, direcciones específicas, contactos electrónicos para reservaciones (portal electrónico)
5.- Coordinarse entre las autoridades estatales y municipales con el sector comercial, de servicios y turismo de los municipios involucrados para establecer una imagen y políticas de atención al visitante.
La propuesta podría parecer muy limitada, pero este espacio solo lo aprovecho para señalar que existe ese gran potencial y la coyuntura para detonar una actividad que parece estar vetada para nuestra cuidad y sus alrededores: el turismo.
Ya escuché decir a la titular del ramo a nivel estatal que si existe promoción para Toluca pero que es solo en materia de negocios, pues así esta identificada, según dijo, entre los que la visitan.
Corresponderá a los principales actores tomar las cartas en el asunto y aplicarse de tal suerte que se puedan complementar otras regiones que ya tienen algunos pasos andados como Ixtapan de la Sal, Tonatico, Valle de Bravo, Teotihuacan, Tepozotlán y darle su justa dimensión a la llamada industria sin chimeneas en nuestra entidad.
En otra oportunidad hablaré de las regiones sureñas (Tejupilco, Luvianos, Amatepec, Sultepec, Zacualpan), del oriente mexiquense (Amecameca, Ayapango, Tlamanalco, Chiconcuac, Chalco, Temamatla, Tepetlixpa) o del norte (Isidro Fabela, Villa del Carbón, Chapa de Mota, Timilpan, Acambay, Aculco, Polotitlan, Temascalcingo, El Oro, etc.), que también son un diamante en bruto.
Todo esto requiere ante todo de un gran compromiso con la ciudad y sus alrededores, no solo de las autoridades estatales y municipales, también de los prestadores de los servicios turísticos quienes habrán de poner su mejor voluntad y esfuerzo por tener unas instalaciones dignas de ser visitadas, limpias, seguras, con personal respetuoso que se canse de ser atento y cálido(inversión que redituará), para no ser una ciudad de primera, es decir que solo nos visiten la primera vez y luego jamás vuelvan, sino una ciudad que sea su destino de descanso y de confianza. Su casa cuantas veces gusten y manden y digan con mucho agrado: ¡TOLUCA, BUEN GENTE!
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