miércoles, 29 de agosto de 2007

Las fiestas de mi pueblo, lo bueno y lo malo: autofinanciables...regueros!!! / 170707

Las fiestas de mi pueblo, lo bueno y lo malo: autofianciables…regueros!!!
(17/07/07)

Juan Carlos Velásquez Mejía

El calendario de fiestas religiosas católicas en México es más largo que el mismo calendario civil y si no hagamos cuentas.

De los 365 días que tiene el calendario que nos rige y hasta 366 cuando es bisiesto, cada día esta dedicado a más de un santo, santa, mártir, beato, virgen, arcángel u otras categorías católicas primordialmente y eso genera una actividad económica a través de ferias, procesiones, entre otras

En la mayoría de las poblaciones, comunidades, colonias, barrios, y donde se encuentran los templos católicos erigidos en su honor, se tiene un tipo de organización que ha sobrevivido a los tiempos y que se encarga de realizar la mayor parte de eventos conmemorativos y que se denominan MAYORDOMIAS y FISCALIAS de las fiestas patronales.

La costumbre de estas organizaciones convencionales es allegarse de recursos económicos y/o materiales para solventar los gastos de esas festividades.

Así una vez que se eligen a los mayordomos y a los fiscales, estos se distribuyen las diferentes comisiones que habrán de hacer posible la realización de los festejos y que normalmente incluyen arreglos y adornos a las parroquias, capillas, santuarios o edificios eclesiásticos; alquiler de grupos musicales y de danzas o bailes; carpas, sillería, mantelería, mecería, loza, equipo de sonido e iluminación, alimentos y hasta bebida.

Los miembros de las congregaciones están plenamente identificados en padrones convencionales que permiten controlar las aportaciones periódicas previamente acordadas en las juntas de información y organización que normalmente se llevan a cabo en las instalaciones de los templos cede de los festejos y que durante las celebraciones (misas, rosarios, etc.) se convocan.

Esas cooperaciones que otorgan los feligreses solo se amparan con un simple recibo por concepto de aportación para la festividad tal o cual y el comité de mayordomos y fiscales los recaudan, administran y en algunos casos sé que dan informes de lo juntado y su aplicación.

Lo que llama la atención de esta parte de la realización de ferias patronales es el tipo de organización no formal, pero si de gran credibilidad para los aportantes.

Esta dinámica traída e impuesta sobre todo por los españoles en la época virreynal, ha perdurado hasta nuestros días y hacen de estos acontecimientos verdaderos ejercicios de autofinanciamiento, de transparencia y de baja o nula burocracia. Habrá que rescatar y aprender de ellas, las fiestas de mi pueblo.

Las consecuencias que lamentablemente no se han podido modificar, por esa falta de planificación en cuanto a los espacios que normalmente ocupan los festejos (feria, procesiones, desfiles, bailes etc.) son los estragos a las áreas circundantes que se manifiestan con cierres de calles y plazas públicas, aglomeraciones de vendedores ambulantes, generación de basuras, robo de energía eléctrica (diablitos), actos delictivos, desquiciamiento del tránsito vehicular y peatonal, abusos de pseudo-comerciantes, contaminación ambiental con ruidos, residuos y hasta demérito de la imagen urbana.

No estoy en contra de estas prácticas populares y tradicionales, de lo que si estoy en contra es que se siguen causando más molestias y perjuicios que beneficios.

Hace falta una mejor planificación de espacios, fechas y programas de actividades que hagan de cada fiesta patronal un buen motivo de atracción turística.

Ya basta de seguir dando esa misma imagen de pueblo desorganizado y sumido en la mediocridad, so pretexto de recordar a los santos y santas del calendario religioso. Por eso ni lo han de agradecer.

Oración final:

“Virgen del Monte Carmelo, te pido y te ruego que enseñes a tu pueblo que para conmemorar tu día, haga fiesta y no un lamentable reguero. Amén”

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