miércoles, 29 de agosto de 2007

¡A SEMBRAR ÁRBOLES! SE HA DICHO... /100507

¡A sembrar árboles! se ha dicho…
y a cuidar lo que sembremos.
(10/05/07)

Juan Carlos Velásquez Mejía

El gobernador Enrique Peña Nieto, comprometió al Estado de México a sembrar más de19 millones de árboles en nuestro territorio para este año y para ello habrá que conocer la estrategia que se tenga prevista y sumarse a su entusiasmo.

Según recuerdo, el mes de julio de cada año se dedica al árbol y se organizan jornadas o faenas de reforestación donde se convoca a la participación ciudadana a sembrar un árbol.

Eso me parece bien, pero lo que estaría mejor es que cada persona que participe y me incluyo por supuesto, nos comprometamos no solo a ir al lugar para plantarlo y plantarlo bien; si no que tengamos la responsabilidad de adoptarlo hasta que logre “pegar” para que sea un árbol real. Que sirva el tiempo invertido en esta actividad que la mayoría podemos hacer.

Muchas veces se pierde más tiempo en actos políticos donde se “acarrea” gente para demostrar capacidad de movilización o de convocatoria de ciertos personajes y que solo termina en espacios hechos un basurero y esa basura se tira o deposita en los lugares menos imaginados o conocidos, con las consecuencias e impactos negativos al medio ambiente en el que vivimos.

Por ello me permito sugerir, respetuosamente, que a partir de las próximas campañas de reforestación, los responsables de organizarlas consideren en la logística el lugar de residencia de los participantes y en su caso, como en las votaciones, podamos ser distribuidos por seccionales de ciudadanos que se responsabilicen de su demarcación o zona a reforestar. Es decir, que se pueda aprovechar el modelo de segmentación territorial que utilizamos para las elecciones que están a cargo del Instituto Federal Electoral (IFE) y con la debida adecuación organizar a la ciudadanía para estas campañas permanentes de sembrado y cuidado de los plantíos. Incluso me atrevo a llevar más allá esta propuesta al grado de pedir a los legisladores que incluyan en las obligaciones ciudadanas la participación en estas faenas o jornadas.

Seguramente habrá que considerar aquellas zonas susceptibles y con vocación de ser reforestadas, así como la inclusión de la población estudiantil que se pueda sumar, ya sea como parte de las actividades propias del programa educativo o del servicio social a la comunidad, entre otras medidas.

La tarea de recuperar nuestros bosques debe incluir a todos, como una acción congruente en la lucha por revertir los efectos del cambio climático que nosotros mismos, en gran medida, hemos ocasionado.

Por lo tanto, no creo que sea asunto menor el dedicar tiempo y recursos para diseñar políticas y estrategias públicas dirigidas a la recuperación de los bosques y con ellos las recargas de los mantos freáticos, revertir la erosión de los suelos, reubicar o reorientar aquellos cultivos que por ignorancia y necesidad de sus tenedores o propietarios, han invadido las zonas silvícolas y que por lo mismo no son productivas; combatir la tala clandestina y promover la industrialización racional del árbol, recuperar el hábitat de la flora y la fauna silvestre, la biodiversidad; recuperar y proteger cuencas de ríos, lagunas y otros cuerpos naturales de agua; entre otras muchas consecuencias que estamos comprometidos a detonar con acciones concretas y menos retórica.

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