miércoles, 29 de agosto de 2007

LA DESNUDEZ HUMANA, EN EL MÉXICO URBANO / 040507

La desnudez humana, en el México urbano.

“No tengo qué ponerme!!!”: Ellas
(04/05/07)

Juan Carlos Velásquez Mejía

Muchas veces la señora o la novia, según el caso, utilizan esta expresión cuando se tiene un compromiso especial con la familia o con los amigos, ¿no es así?

Pues resulta que este domingo 6 de mayo en el Zócalo de la Ciudad de México, el controvertido artista Spencer Tunick ha convocado a aquellas personas (se calculan más de 7 mil) que en su oportunidad se registraron y recibieron las instrucciones por la vía del correo electrónico, para presentarse a las 4:30 de la madrugada y recibir la información complementaria a la contenida en el comunicado virtual para dar paso a la toma de fotografías artísticas al desnudo total, por lo que no habrá pretexto para no ir a esta cita especial, a menos de que salgan con la chambonada de que el único que tiene esta “arrugado”.

Esta experiencia que tendrá como marco escenográfico al mismísimo corazón político, social, religioso e indudable referente de la historia de la Patria misma, permitirá sentar un precedente en la moral del México contemporáneo. La selección del Zócalo capitalino por el señor Tunick no fue casual, según lo ha comentado en diversas oportunidades a los medios de comunicación, ya que es precisamente este espacio donde se han realizado las grandes concentraciones de personas con infinidad de motivos: lo mismo un cierre de campaña política; que una verbena popular el 15 de Septiembre; que una manifestación de protesta contra el o los gobiernos; o una procesión religiosa; etc., y eso le sirvió para entender que es el lugar más representativo de las reuniones de los mexicanos.

Solo que en esta ocasión la reunión será para dar continuidad a un proyecto artístico itinerante de Spencer Tunick, quien desde 1992 se ha dedicado a documentar figuras humanas con las que crea paisajes en espacios públicos, siguiendo la corriente conocida como land art. Y así ha logrado reunir a miles de personas en espacios espectaculares de ciudades en Bélgica, Australia, Canadá, Estados Unidos y Brasil.

Ahora con el auspicio de la Universidad Nacional Autónoma de México, el Gobierno del DF y otras organizaciones culturales y no gubernamentales llega a la Ciudad de México para realizar otra más de sus intervenciones Las restricciones que le han puesto al artista las autoridades del Distrito Federal, están referidas a la no aparición de símbolos patrios como la Bandera Nacional (ese día no se izará en ninguno de los edificios que rodean al Zócalo, ni en el asta monumental) en las fotografías que se irán a tomar. Como la experiencia de desnudez no durará más de una hora, a decir del propio Tunick, la normalidad o la rutina, según se vea, volverá después de las 9:30 de la mañana. La zona donde se realizará esta sesión fotográfica colectiva estará acordonada y vigilada para evitar desordenes. Las estaciones del Metro que tienen escala en este punto, se mantendrán cerradas durante el mismo periodo de tiempo; entre las más importantes medidas que se habrán de adoptar para lograr un buen desarrollo del acontecimiento.

Las reacciones ya se han dejado ver y oír. Lo mismo hay sentimientos moralistas y religiosos que rechazan este tipo de eventos, según “…porque van contra las buenas costumbres…”, hasta aquellos que se han atrevido a cuestionar el acordonamiento que restringe el libre tránsito de las personas en la zona y por lo tanto viola las garantías individuales, de aquellas que no cumplieron con las formas establecidas por los organizadores.

Bueno, este país debe avanzar en todos los aspectos del quehacer humano y aprender a ser tolerante con este y otros tipos de manifestaciones que solo persiguen, como éste, fines artísticos, además de una proyección de los sentimientos muchas veces reprimidos por tabúes y paradigmas que habrán de romperse, para que deriven en una madurez social y sobre todo en una reprogramación mental de que lo natural, como la desnudez del cuerpo humano, nos debe acercar más al entendimiento de nuestra verdadera condición de seres pasajeros, pero con dignidad, respeto y tolerancia.


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